sábado, 31 de octubre de 2020

Los otros




"Hay pocas mujeres capaces de concebir la verdadera libertad mutua y sin límites para ambos sexos, pero aún son menos los hombres capaces de aceptarla, sean reaccionarios o avanzados."

Federica Montseny

miércoles, 28 de octubre de 2020

Alta Magia



El día que te besé…, de Diane di Prima

El día que te besé, la última cucaracha
se murió. Las Naciones Unidas
abolieron todas las cárceles. El papa
admitió a Jean Genet como miembro
del Colegio de Cardenales. La
Fundación Ford, con gasto enorme,
reconstruyó la ciudad de Atenas.
El día que hicimos el amor, el dios pan
volvió a la Tierra, Eisenhower dejó
de jugar al golf. Los supermercados
vendieron mariguana. Y Apolo leyó
poemas en el parque Union Square.

El día que retozaste en mi cuerpo
las bombas se disolvieron.


domingo, 25 de octubre de 2020

Verde verdadero


"Hay verdades que no son verdaderas hasta pasado mañana, otras que lo eran hasta ayer, otras que no lo son en tiempo alguno."

Carl Gustav Jung, Las relaciones entre el yo y el inconsciente.


sábado, 24 de octubre de 2020

Palos de ciego



Si a uno le dan palos de ciego, la única respuesta eficaz es dar palos de vidente.

Mario Benedetti, Refranívocos, A dos voces

Contra el optimismo



O sea, que contra el optimismo no hay vacunas

Mario Benedetti, Refranívocos, A dos voces

martes, 20 de octubre de 2020

Y el Sol no nos ve




EL LAMENTO DEL VAMPIRO, de Leopoldo María Panero 

Vosotros, todos vosotros, toda
esa carne que en la calles
se apila, sois
para mí alimento,
todos esos ojos
cubiertos de legañas, como de quien no acaba nunca
de despertar, como
mirando sin ver o bien sólo por sed
de la absurda sanción de otra mirada,
todos vosotros
sois para mí alimento, y el espanto
profundo de tener como espejo
único esos ojos de vidrio, esa niebla
en que se cruzan los muertos, ese
es el precio que pago por mis alimentos.

Como el árbol talado



"Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas ,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida. "

MIGUEL HERNÁNDEZ, El hombre acecha, (1938-39)