miércoles, 15 de septiembre de 2021

Semillas



El ser humano es inteligente porque tiene manos.

Anaxágoras

martes, 14 de septiembre de 2021

Cada día un nuevo sol


Sin esperanza se encuentra lo inesperado.

Heráclito

viernes, 3 de septiembre de 2021

Aunque solo sea un ápice



"Así, ¿estás conmigo?"
"Sí."

"Es porque no podremos alcanzar el Reino de los Cielos hasta que no haya ni ricos ni pobres?"
"Sí."

"Sin embargo, hablas como si tanto te diera entrar en el Reino de los cielos."
"Que dios me castigue, pero no creo en el Reino de los Cielos."

"Pero dices que estás conmigo. ¿Por qué?"
"¿Podrás soportar la verdad?"
"No soy nada sin ella."

"La verdad, querido Jesús, es que no creo que llegues a traernos la salvación a todos. Sin embargo, oyéndote hablar los pobres tendrán el valor de sentirse más iguales a los ricos. Eso me hace feliz."

"¿Solo eso?"

"Odio a los ricos. Nos envenenan. Son vanos e indignos, y derrochan las esperanzas de los que están por debajo de ellos. Se pasan la vida mintiendo a los humildes."

(...)

"Si dejara de trabajar, aunque solo fuera un ápice, por las necesidades de los pobres, ¿me apreciarías menos?"

"Me volvería contra ti. Un hombre dispuesto a alejarse de los pobres, aunque solo sea un poco, acaba alejándose cada vez más de ellos."

Conversación entre Jesús y Judas. El evangelio según el hijo. Norman Mailer

jueves, 2 de septiembre de 2021

Septiembre





Las nubes vienen flotando en mi vida, ya no para llevar la lluvia o marcar la tormenta, sino para agregar color a mi cielo del atardecer.

Rabindranath Tagore

Vivirás como un dios entre los hombres



Así pues, practica día y noche estas enseñanzas contigo mismo y con alguno semejante a ti, y jamás, ni en la vida real ni en los sueños, estarás preocupado, sino que vivirás como un dios entre los hombres.

Carta de Epicuro a Meneceo

Imperturbable



La autarquía la tenemos por un gran bien, no porque debamos siempre conformarnos con poco, sino para que, si no tenemos mucho, con este poco nos baste, pues estamos convencidos de que de la abundancia gozan con mayor dulzura aquellos que mínimamente la necesitan, y que todo lo que la naturaleza reclama es fácil de obtener, y difícil lo que representa un capricho.

Los alimentos frugales proporcionan el mismo placer que los exquisitos, cuando satisfacen el dolor que su falta nos causa, y el pan y el agua son motivo del mayor placer cuando de ellos se alimenta quien tiene necesidad.

Estar acostumbrado a una comida frugal y sin complicaciones es saludable, y ayuda a que el hombre sea diligente en las ocupaciones de la vida; y, si de modo intermitente participamos de una vida más lujosa, nuestra disposición frente a esta clase de vida es mejor y nos mostramos menos temerosos respecto a la suerte.

Cuando decimos que el placer es la única finalidad, no nos referimos a los placeres de los disolutos y crápulas, como afirman algunos que desconocen nuestra doctrina o no están de acuerdo con ella o la interpretan mal, sino al hecho de no sentir dolor en el cuerpo ni turbación en el alma. Pues ni los banquetes ni los festejos continuados, ni el gozar con jovencitos y mujeres, ni los pescados ni otros manjares que ofrecen las mesas bien servidas nos hacen la vida agradable, sino el juicio certero que examina las causas de cada acto de elección y aversión y sabe guiar nuestras opiniones lejos de aquellas que llenan el alma de inquietud.

Carta de Epicuro a Meneceo.



miércoles, 1 de septiembre de 2021

Divino tesoro




Que nadie de joven dude en filosofar ni de viejo se canse de filosofar, pues nadie es demasiado joven ni demasiado viejo para la salud del alma. Decir que todavía no es el momento de filosofar o que ya no lo es equivale a decir que el momento de ser feliz no ha llegado o ya se ha marchado.

Por consiguiente, tanto el joven como el viejo deben filosofar: el primero, para que a medida que envejece se vaya rejuveneciendo con los bienes debidos a un sentido de gratitud que le producen los acontecimientos del pasado, y el segundo, para que se mantenga joven y anciano a la vez, gracias a que no teme los acontecimientos del futuro.

Epicuro de Samos, Carta a Meneceo 122 (D.L. X, 122; LS 25A)