El corazón primero pide placer. Luego, excusarse del dolor. Luego, pequeños analgésicos que adormecen el sufrimiento. Y luego, dormirse. Y luego, si ésa fuese la voluntad de su inquisidor... ...la libertad de morir.
No soy nadie. ¿Quién eres tú? ¿Tampoco eres nadie? ¡Entonces ya somos dos! ¡No lo digas! Lo pregonarían, ¿sabes? ¡Qué aburrido ser alguien! ¡Qué ordinario! Como una rana que repite su nombre
Rose estaba siempre pensando. Es fácil pensar cuando tu nombre es Rose. Nunca nadie se llamaba Blue, nadie, por qué no. Rose nunca en eso pensó. Rose pensaba que pensaba un montón pero en eso ella nunca pensó.
Cómo pensaba Rose cuando pensaba. Rose se ponía toda redonda cuando pensaba sus ojos su cabeza su boca sus manos, se ponía toda redonda al pensar y luego para descansar de escuchar su pensar se ponía a cantar.
He destruido frases y ritmos y alusiones literarias y todas las demás tonterías de ese estilo para llegar al meollo del problema de la comunicación de intuiciones. Escribir, poner en el papel palabras que bailen y lloren y hagan el amor y luchen y besen y realicen milagros.