Morir por ti, de Emily Dickinson
Morir por ti fuera muy poca cosa,
pudo hacerlo cualquiera de los griegos.
Vivir es más difícil,
y eso es lo que te ofrezco.
Morir no es casi nada, algo pasado,
pero vivir incluye
el morir muchas veces
sin tener el alivio de estar muerto.
viernes, 12 de marzo de 2021
lunes, 8 de marzo de 2021
En tu mirada
Reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo
Ese viaje hacia la nada
Que consiste en la certeza
De encontrar en tu mirada
La belleza.
Luis Eduardo Aute, La belleza, fragmento
domingo, 7 de marzo de 2021
Cauce de río
Sé tú mi límite, de José Ángel Valente
Tu cuerpo puede
llenar mi vida,
como puede tu risa
volar el muro opaco de la tristeza.
Una sola palabra tuya quiebra
la ciega soledad en mil pedazos.
Si tu acercas tu boca inagotable
hasta la mía, bebo
sin cesar la raíz de mi propia existencia.
Pero tú ignoras cuánto
la cercanía de tu cuerpo
me hace vivir o cuánto
su distancia me aleja de mí mismo
me reduce a la sombra.
Tú estás, ligera y encendida,
como una antorcha ardiente
en la mitad del mundo.
No te alejes jamás:
Los hondos movimientos
de tu naturaleza son
mi sola ley.
Retenme.
Sé tú mi límite.
Y yo la imagen
de mí feliz, que tú me has dado.
Mariposas
He venido para ver, de Luis Cernuda
He venido para ver semblantes
Amables como viejas escobas,
He venido para ver las sombras
Que desde lejos me sonríen.
He venido para ver los muros
En el suelo o en pie indistintamente,
He venido para ver las cosas,
Las cosas soñolientas por aquí.
He venido para ver los mares
Dormidos en cestillo italiano,
He venido para ver las puertas,
El trabajo, los tejados, las virtudes
De color amarillo ya caduco.
He venido para ver la muerte
Y su graciosa red de cazar mariposas,
He venido para esperarte
Con los brazos un tanto en el aire,
He venido no sé por qué;
Un día abrí los ojos: he venido.
Por ello quiero saludar sin insistencia
A tantas cosas más que amables:
Los amigos de color celeste,
Los días de color variable,
La libertad del color de mis ojos;
Los niñitos de seda tan clara,
Los entierros aburridos como piedras,
La seguridad, ese insecto
Que anida en los volantes de la luz.
Adiós, dulces amantes invisibles,
Siento no haber dormido en vuestros brazos.
Vine por esos besos solamente;
Guardad los labios por si vuelvo.
viernes, 5 de marzo de 2021
El cielo en verano
Poema 1472, de Emily Dickinson
Ver el cielo en verano
Es poesía, aunque no esté escrito en ningún libro
—Los verdaderos poemas huyen—
Por la sed
Poema 133, de Emily Dickinson
El agua se aprende por la sed.
La Tierra —por los Océanos atravesados.
El Éxtasis —por la agonía—
La Paz —la cuentan las batallas—
El Amor, por el Hueco de la Memoria.
Los Pájaros, por la Nieve.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)