martes, 12 de enero de 2021

La cabeza




Insomnio 2, de Marina Tsvatáieva

Así como me gusta
besar las manos
y ofrendar nombres,
también me gusta
abrir las puertas
-¡de par en par!- a la oscura noche.

Apoyando la cabeza,
oír los recios pasos
hacerse más ligeros,
y cómo el viento mece
el bosque somnoliento
y desvelado.

¡Oh noche!
Van creciendo los arroyos
que en el sueño desembocan.
Ya se me cierran los ojos.
en medio de la noche
alguien se ahoga.

Te doy




A Ajmatova, de Marina Tsvatáieva

¡Oh musa del llanto, la más bella de las musas!
Oh, loca criatura del infierno y de la noche blanca.
Tú envías sobre Rusia tus sombrías tormentas
Y tu puro lamento nos traspasa como flecha.

Nos empujamos y un sordo ¡ah!
De mil bocas te jura fidelidad, Anna
Ajmátova. Tu nombre, hondo suspiro,
Cae en es hondo abismo que carece de nombre.

Pisar la tierra misma que tú pisas, bajo tu mismo cielo;
Llevamos una corona.
Y aquél a que a muerte hieres a tu paso
Yace inmortal en su lecho de muerte.

Sobre esta ciudad que canta brillan cúpulas,
Y el vagabundo ciego canta loas al Señor…
Y yo, yo te ofrezco mi ciudad con sus campanas,
Ajmátova, y con ella te doy mi corazón.

viernes, 8 de enero de 2021

La libertad incluso



La musa, de Anna Ajmátova

Cuando en la noche oscura
espero su llegada,
Se me antoja que todo
pende de un hilo.
¿Qué valen los honores,
la libertad incluso,
cuando ella acude presta
y toca el caramillo?
Mira, ¡ahí viene!
Ella se echa a un lado el velo
y se me queda mirando
larga y fijamente. Yo digo:
«¿Fuiste tú la que dictó a Dante
las páginas sobre el infierno?»
Y ella responde: «Yo soy aquella.»

En cien lugares



Fluyo, fluyo como arena que corre entre los dedos. Tengo tantos sentidos, de repente, sedientos todos ellos, de diversas maneras. Siento que en cien lugares se me inflama y me duele. Sobre todo en mitad del corazón.

Rilke, fragmento de El libro de las horas.

miércoles, 6 de enero de 2021

Como casa sin ventanas



¿Recuerdas a los santos, mi señor?

Sentían aun las celdas cerradas de los claustros demasiado cercanas a las risas y aullidos, así que se enterraron, profundos, en la tierra.

Cada cual respiraba con su luz el aire reducido de su cueva; se olvidó de su edad y de su rostro, y vivió como casa sin ventanas; cual si hace mucho hubiera muerto, ya no moría.

El libro de las horas, de Rilke, fragmento.

lunes, 4 de enero de 2021

Sueña sola


La palma que está en el patio, Nicolás Guillén

La palma que está en el patio
nació sola;
creció sin que yo la viera,
creció sola;
bajo la luna y el sol,
vive sola.
Con su largo cuerpo fijo,
palma sola;
sola en el patio sellado,
siempre sola,
guardián del atardecer,
sueña sola.
La palma sola soñando,
palma sola,
que va libre por el viento,
libre y sola,
suelta de raíz y tierra,
suelta y sola,
cazadora de las nubes,
palma sola,
palma sola,
palma.


viernes, 1 de enero de 2021

Nada más

 


Si tu Alma tiembla—

Abre la puerta de la Carne—

La Cobarde necesita Oxígeno—

Nada más—


Fragmento del poema 292, Emily Dickinson