(So, We Go No More a Roving), de Lord Byron
Así es, no volveremos a vagar
tan tarde en la noche.
Aunque el corazón siga amando
y la luna conserve el mismo resplandor.
Pues así como la espada gasta su vaina
y el alma consume el pecho,
también el corazón debe detenerse a respirar
e incluso el amor debe descansar.
Aunque la noche fue hecha para amar
y los días retornan demasiado pronto.
Aún así no volveremos a vagar
bajo la luz de la luna.
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