No soy nadie.
¿Quién eres tú?
¿Tampoco eres nadie?
¡Entonces ya somos dos!
¡No lo digas!
Lo pregonarían, ¿sabes?
¡Qué aburrido ser alguien!
¡Qué ordinario!
Como una rana que repite su nombre
día a día frente a una charca que la contempla.
Emily Dickinson
Emily Dickinson
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